Uno nunca termina de descubrir cosas, y esta no es la excepción.

Como ustedes saben, me gusta la fotografía. Siempre documento con muchas de ellas mis actividades de montaña y otras. Siempre ando con la cámara en el auto cuando salgo ya que puedo encontrar algo interesante que fotografiar, pero en ocasiones es necesario planificar un poco.

Me gusta aprender nuevas técnicas, no me apego solo a una forma de fotografía, una de las que más me atrae es la astrofotografía, hice algunos intentos hace años, pero me quedaba corto de equipo.

Navegando en la web estudiando sobre astrofotografía, encontré una aplicación muy interesante: se llama PhotoPills (www.photopills.com/es) y luego de ver videos y los comentarios de ella, decidí comprarla (app de pago).

Como buen ingeniero informático, no me costó mucho entenderla, y en 20 minutos, de instalarla. Ya tenía tres planificaciones creadas en mente desde hace tiempo.

La primera, y para probar en terreno el sistema, una imagen de la siguiente luna llena que sería el fin de semana siguiente a la adquisición de la App. Lo interesante era buscar un lugar adecuado, y qué mejor que un volcán. Primero pensé en el volcán Llaima, pero las ubicaciones planificadas requerían de un teleobjetivo. Luego pensé en el volcán Lonquimay y me puse en la tarea de planificar.

Imagen de la planificación con la app PhotoPills

Según la App, la luna saldría a las 19:57 desde el horizonte el 13 de octubre, pero debido a la altura del volcán, aparecería a las 20:14 desde la cumbre, esto calculado de un punto en particular.

Llegó el día. El lugar escogido quedaba a unos 65k desde mi casa. Tenía el equipo preparado, cargué el auto y partí dos horas antes, ya que si bien el lugar lo tenía calculado con la app, tenía que verlo y establecer el mejor punto donde tuviera una vista directa al volcán sin que me tapara algún bosque o cables de alta tensión.

Luego de recorrer unos kilómetros, llegué a un campo de raps que tenía una vista ideal.

Ubicación escogida para realizar la fotografía

Instalé el trípode lo mejor que pude y me puse a esperar.

Quedaban unos pocos minutos para la hora señalada y comenzó un fuerte viento que movía en ocasiones la cámara. Afirmé lo mejor que pude el equipo hasta que llegó la hora esperada, y como predijo la app, a las 20:14 comenzó a asomar la luna desde la cumbre del volcán Lonquimay.

Una de las primeras imágenes obtenidas de esa noche.

Finalmente realicé unas 350 fotos y me fui mas contento que perro con dos colas.

Llegando a casa comencé el trabajo de editar las imágenes y crear un pequeño timelaps. El resultado no fue tan óptimo como esperaba ya que como no tengo un teleobjetivo tuve que recortar bastante las imágenes para encuadrar, sumado al movimiento de la cámara producto del viento.

En carpeta tengo varias ideas nuevas planificadas, sólo espero poder concretarlas para coronar el próximo año con el eclipse solar de diciembre en la zona de Pucón.