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Una cumbre que se me ha escabullido en un par de ocasiones, y espero que esta sí sea la oportunidad para coronarla.

Salimos 3 integrantes del Club desde Temuco: La chica Marcia, Valeria (Mi señora) y yo, y estando en Santiago se sumaron los otros dos integrantes de esta salida, la Jenny y Cristian.

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En esta oportunidad, iniciamos el caminar desde Valle Nevado. El objetivo del día era llegar al campamento de Piedra Numerada. La caminata la realizamos junto a una gran cantidad de montañistas que pretendían el mismo fin: “la cumbre del Plomo”.

La caminata fue larga, pero no tan dura, ya que el desnivel es menor que por el sector de La Parva. El trayecto transcurre en un inicio por un camino que en esta oportunidad se encontraba con una buena cantidad de nieve, que lo hacía mucho más suave al caminar.

Luego de unas 4 horas de caminata, llegamos a nuestro primer campamento: Piedra Numerada, a 3200 metros de altura. En este lugar ya se encontraba una gran cantidad de personas buscando el mismo objetivo que nosotros.

Después de comer y compartir con otras expediciones, nos refugiamos en nuestras carpas a descansar. El segundo día nos espera.

La noche fue tranquila y prontamente la mañana se hizo aparecer. El cansancio del día anterior quedo atrás y hoy nos espera una nueva jornada para acercarnos más a cumplir con nuestro desafío.

Luego de un rico desayuno, desarmamos las carpas y retomamos la caminata que nos dejaría en el campamento Federación, a los 4100m de altura.

Nuevamente la fila de montañistas es larga, pero eso ayuda a formar la ruta sobre la nieve y no hacer tan pesado el caminar.

A nuestra llegada al campamento armamos rápidamente las carpas, ya que eran pocos los buenos lugares donde poder hacerlo.

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El refugio se encontraba totalmente lleno de hielo, por lo que sacamos crampones, piolets y manos a la obra. Terminamos de limpiarlo para poder cocinar y donde Cristian podría dormir, ya que la noche la había pasado en un vivak.

Nuestro plan era descansar y aclimatar un día extra en este campamento para subir al cuarto día a la cumbre, pero decidimos subir a acampar el tercer día al Refugio Agostini, y salir desde este último hacia la cumbre.

Mientras subíamos al refugio, nos encontrábamos con muchos de los montañistas que intentaron la cumbre ese día. Todos bajaban con tristeza de no haber podido lograr la cumbre, el cerro no permitía que nadie lo coronara ese día al parecer. Al llegar finalmente al refugio, aparece el primer montañista que logró la cumbre. Muy agotado contaba que el cerro estaba muy duro, mucho frío y viento.

Finalmente, otro grupo que subió a última hora ese día, también bajaba contando su éxito, por lo cual tomamos la decisión de no subir tan temprano, para no toparnos con el intenso frío y fuertes vientos.

Luego de una noche relativamente tranquila, nos despertamos con la esperanza de lograr la cumbre. Estábamos solos ese día en el cerro y sentíamos que este sería el día. Comenzamos a caminar como a las 8 de la mañana, el trayecto fue duro y helado, pero contábamos con las fuerzas para llegar a la cumbre.

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Junto a Valeria nos quedamos un poco atrás, las chicas se fueron adelante, y en medio estaba Cristian, pero todos a buen ritmo. Ya estando en el glaciar, solo nos quedaban unos cuantos metros, cuando llegamos por fin al último acarreo, nos topamos con las chicas que bajaban contentas. Habían logrado la cumbre, pero el frío las obligó a bajar. Luego de unos 15 minutos junto a Cristian y Valeria, coronábamos la cumbre del Plomo, este cerro que en dos ocasiones me había sido esquivo, y que ahora junto a mi esposa lográbamos juntos.

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